Personas mayores no deberían beber alcohol en exceso: tiene que ver con la depresión
Un estudio revisó la relación entre la jubilación, la depresión y el consumo de alcohol.
Expertos de la Universidad Mayor, en Santiago de Chile, y de la Universidad Simmons, en Boston (EEUU), han examinado la relación entre la jubilación, la depresión y el consumo de alcohol y han concluido que las personas jubiladas presentan más síntomas depresivos que las que continúan trabajando, y que esta situación empeora si consumen alcohol en exceso.
Beber en exceso alcohol puede traer consecuencias para la salud y la vida social. Foto:iStock
El estudio, publicado en ‘Aging and Mental Health’, se ha encargado de monitorear durante 14 años a más de 27.500 hombres y mujeres de más de 50 años residentes en Estados Unidos, entre los que había participantes jubilados y otros con una jubilación parcial, y a los que se sometió cada dos años a un cuestionario sobre sus vidas.
Para medir la depresión, se incluyeron preguntas como si se habían sentido tristes durante la última semana o si todo había supuesto un esfuerzo. A su vez, para determinar la influencia del alcohol, se les preguntó si lo consumían, y en caso afirmativo, cuántas bebidas solían tomar cuando lo hacían.
A partir de esto, se determinó que los participantes tenían 1,4 de ocho síntomas posibles de depresión, y los jubilados mostraban de media 0,04 síntomas más que aquellos que todavía estaban trabajando.
Las señales del alcoholismo pueden abarcar desde consumo excesivo hasta abstinencia. Foto:iStock
Respecto al impacto del alcohol en la depresión, se observó que los jubilados que decían beber en exceso, lo que implicaba cuatro o más bebidas diarias entre las mujeres y cinco o más entre los hombres, tenían de media 0,07 síntomas de depresión más que los no bebedores.
Sin embargo, destaca que aquellos que bebían con moderación, es decir, de una a tres bebidas al día para las mujeres y de una a cuatro para los hombres, tenían 0,09 menos síntomas que los abstemios. Los investigadores han relacionado este resultado con la capacidad del alcohol para mejorar el estado de ánimo a través de la socialización.
En este punto, los autores del estudio han asegurado que no defienden el consumo de una copa o dos con regularidad para adaptarse a la jubilación. «Beber alcohol aumenta el riesgo de caídas y otras lesiones y puede provocar dependencia, y la mala salud que suele acompañarla», ha aseverado Antonia Díaz-Valdés, de la Universidad Mayor de Santiago de Chile.
Así, los expertos han recomendado a las autoridades políticas que ofrezcan mecanismos de apoyo a las personas durante su transición a la jubilación para evitar que recurran al consumo excesivo de alcohol y ayudarles a adaptarse al cambio.
«No hay duda de que adaptarse a la jubilación puede ser difícil para algunas personas, pero recurrir al alcohol no es la respuesta. Debemos encontrar y ofrecer alternativas más saludables», ha subrayado Díaz-Valdés.